Muchos habitantes de nuestras montañas pasan inadvertidos para la mayoría de la gente ya que se mueven como fantasmas entre las matas y los bosques. Sabemos que están ahi gracias a unas huellas en el barro, una letrina junto a un tronco o lo peor de todo, algún ejemplar muerto en una de las múltiples carreteras que surcan el país y en las que mueren cientos de animales cada año. Bajo mi punto de vista son dos las especies de carnívoros ibéricos las más complicadas de ver a plena luz del día: el tejón (Meles meles) y la gineta (Genetta genetta). La gineta es escasa en la Cordillera y si aparece lo hace en las zonas más cercanas a la costa cantábrica o al llano castellano. El tejón sin embargo es una especie relativamente abundante y que a pesar de su densidad es complicado de observar con detalle antes de que la noche de apodere de todo.
. Tejón asomado a la tejonera en un atardecer veraniego (extracto del video que muestro más abajo)
Ya tuve un encuentro con esta especie en una tarde de finales de invierno en plena Cordillera Cantábrica, mientras el melandro se entretenía buscando lombrices en un prado. Para recordarla pinchad AQUI. Sin embargo la forma más "sencilla" (y lo entrecomillo ya que hablando de este tipo de especies nada es sencillo) de observar un tejón de día es mediante esperas en tejoneras, que es un método utilizado de forma tradicional para la elaboración de censos de la especie en toda Europa. El amigo Juan dedicó muchas horas a la realización de esperas en tejoneras y seguimiento de la especie y lo explica muy bien en ESTA ENTRADA de su blog.
Hace algunos años había intentado hacer alguna espera en tejonera pero en zonas abiertas, sin vegetación, donde la claridad tarda más tiempo en irse y en principio el tejón retrasa su salida. Pero al fin, este año buscando cuernas de ciervo en primavera en una avellaneda cantábrica descubrimos una tejonera en entorno forestal lo que podría aumentar las probabilidades de éxito de cara a observar al mustélido. La madriguera se encontraba bajo una enorme roca caída hace siglos desde el peñasco ubicado cientos de metros más arriba. La tejonera parecía ocupada, ya que la tierra dispuesta en las bocas era fresca al igual que los excrementos depositados en la letrina cercana. Era cuestión de esperar a Julio cuando los días son largos y los tejones comienzan su jornada nocturna cuando todavía hay algo de luz para llevar a cabo el aguardo.
Una de las primeras cosas que hacen los tejones al abandonar su agujero es olfatear el entorno para detectar cualquier elemento extraño que pueda haber cerca de la tejonera. En caso de encontrarlo no saldrá de la tejonera hasta pasadas unas horas o incluso en toda la noche. PINCHAD AQUÍ para ver un claro ejemplo de lo que puede suceder si un tejón detecta algo extraño al salir de la tejonera. Por eso la espera ha de hacerse a una distancia a la cual el minimicemos el riesgo de ser olidos por el tejón. Hay que recordar que el tejón es una especie eminentemente olfativa ya que tiene muy mala vista y por ello no hay que subestimar su capacidad de olernos. Nunca hemos de acercarnos a la entrada de la tejonera ya que dejaremos nuestro olor y esto puede hacer que el tejón se busque otro agujero o bien salga del suyo bien entrada la noche. A continuación os muestro un video compuesto de las imágenes obtenidas en una de estas esperas en un atardecer neblinoso de mediados de Julio. Para disfrutar del video recomiendo verlo a pantalla completa y en HD. Para ello pinchad donde pone VIMEO y una vez abierto el video marcad el icono de HD. Espero que os guste!
Como podemos observar en el video, el tejón olfatea el medio un par de veces nada más salir de la tejonera levantando la cabeza y en algunas ocasiones cerrando los ojos, evitando así las posibles interferencias entre los diferentes sentidos. Una vez se ha cerciorado de que el entorno es seguro, se dirige hacia la letrina para depositar sus excrementos y marcar el territorio gracias a unas glándulas ubicadas junto al orificio anal. Después se dispone a acondicionar y limpiar el interior de su tejonera, no sin bostezar en alguna ocasión. Para ello entra y sale en numerosas ocasiones de la hura acarreando tierra al exterior. Durante el proceso forma un surco en la tierra extraída que permite diferenciar la entrada de una tejonera de la de una zorrera por ejemplo. Los tejones son mustélidos que suelen albergar bajo su denso pelaje a numerosos ectoparásitos y por ello la limpieza de la tejonera y de su propio pelaje (como se observa en el video) son básicos. He llegado a leer que algunos individuos abandonan alguna de las tejoneras por la gran cantidad de parásitos que pueden albergar y que hacen practicamente imposible el dormitar en ellas durante el día. Mientras el tejón trabaja limpiando su hogar, la luz va disminuyendo hasta caer la noche, momento en que el tejón se alejará de la tejonera para buscar alimento durante la noche y regresando a la misma antes del amanecer. Espero que os haya gustado la entrada, disfrutad del video y un saludo.