Cierto es que nada es predecible en la vida del biólogo, naturalista o mero aficionado al campo. Cada salida al campo depara cosas diferentes a las anteriores ocasiones, bien sea momentos observados, bien sea una luz especial, un entorno llamativo, algo que convierte a esas situaciones en únicas e irrepetibles. Sin embargo en otras ocasiones la sorpresa nos la llevamos cuando nos encontramos con especies que están alejadas de su área normal de distribución y que para nada esperamos localizar en nuestra zona de campeo. Voy a dedicar esta entrada a unas cuantas sorpresas que me he llevado en estos años de campeo en cuanto a especies "raras" en la Cordillera Cantábrica.
Comenzaré por el encuentro más reciente que se produjo en la primavera de este 2011 cuando pude observar en varias ocasiones a un ejemplar juvenil de Buitre Negro (Aegypius monachus) tanto en vuelo como posado en las montañas de nuestra cordillera.
Vuelo de juvenil de buitre negro (Aegypius monachus) en el concejo asturiano de Somiedo.
No es del todo difícil encontrarse con ejemplares jóvenes del ave de mayor envergadura de Europa, en zonas alejadas de sus regiones de cría. Son ejemplares en dispersión que moviéndose de forma nomádica se desvían más de lo normal de lugares como Madrid o Extremadura donde se reproducen. La dispersión juvenil es un proceso elaborado por muchas especies animales en el cual se lleva a cabo un desplazamiento exploratorio de los individuos previo a su edad reproductora (el buitre negro alcanza dicha edad a los 4 años). Es un proceso importante y necesario en la dinámica poblacional ya que falcilita la variación genética de las poblaciones al intercambiar individuos entre zonas típicas de reproducción. A medida que avanza la edad de los ejemplares, los movimientos de dispersión disminuyen y se establecen en torno a zonas de reproducción de la especie. La tendencia de la especie es la filopatria, es decir, tienden a reproducirse cerca de donde nacieron, hecho que dificulta la expansión de estas especies.
Como podéis ver fijándose en el color de su cabeza, el buitre negro es un juvenil ya que presenta abundancia de plumas negras en la misma. A medida que envejecen los buitres negros van perdiendo plumas de la cabeza y esta adquiere un tono azulado.
El primer encuentro con este buitre (ya que suponemos que en los 3 avistamientos localizamos al mismo ejemplar) se produjo el 7 de Mayo y el ave sobrevolaba la localidad de Villaseca de Laciana junto a 5 buitres leonados.
Buitre negro (Aegypius monachus) sobre Villaseca de Laciana.
El segundo día localizamos al animal posado en un prado húmedo por el rocío el día 18 de Mayo cerca de La Peral, en Somiedo. Caminaba prado arriba y abajo hasta que finalmente levantó en vuelo momento en que se tomó la fotografía que encabeza esta entrada. Se encontraba solo en esta ocasión.
Buitre negro (Aegypius monachus) posado en un prado florido a finales de Mayo.
El último encuentro con el animal fue el viernes 17 de Junio en la frontera entre Asturias y León, cerca del Puerto de Somiedo. El animal se encontraba cerca del cadáver de un toro al que sacrificaron sus dueños en el monte al haber partido una pata. En esta ocasión aparecía acompañado de una buena cantidad de buitres leonados que también habían aprovechado la ocasión para llenar los buches de alimento.
Buitre negro (Aegypius monachus) junto a la caliza cantábrica (Pinchad en las imágener para verlas a mayor tamaño).
He estado fuera un tiempo y no se dónde estará este buitre ahora pero esperemos que le haya ido bien y que dentro de unos años saque adelante a unos pollos donde quiera que crie.
Si seguimos viajando atrás en el tiempo llegamos al 22 de Mayo del 2009, y es que parece que Mayo es un buen mes para llevarse sorpresas. En este caso nos la dio un individuo adulto de Carraca Europea (Coracias garrulus) el cual se alimentaba de las moscas y escarabajos necrófagos que a su vez se alimentaban de un ratonero muerto bajo un tendido eléctrico cerca de la localidad omañesa de Soto y Amio. Un pájaro con el que todos esperamos toparnos algún día por lo llamativo de sus colores tanto posada como en vuelo. Sin embargo no esperaba encontrarme con ella tan cerca de casa.
Es bastante habitual que individuos juveniles de Carraca se desplacen al norte coincidiendo con la época de cosecha en la que se juntan a bandos de cernícalos para alimentarse de insectos tras el trabajo de las cosechadoras, sin embargo un ejemplar adulto y en época en la que debería estar alimentando a su prole no es tan común.
Carraca Europea (Coracias garrulus) en Omaña.
Aunque estas citas no sean relevantes desde el punto de vista de la ecología de un lugar, ya que la presencia de un individuo de una especie en una zona suele considerarse accidental y no afecta de forma importante a la estabilidad de la región, si que sirve para despertar la curiosidad y preguntarse porqué ese bicho está ahi o porqué en este momento del año. La curiosidad debería ser el motor de todo científico.
Por último llegamos al 10 de Julio de 2008, día en el cual pude observar un juvenil de críalo europeo (Clamator glandarius) cerca de San Emiliano, a escasos 5 km en linea recta del imponente macizo de Ubiña, un lugar al que no solemos asociar la imagen de un críalo. En este caso igual que en el caso del buitre también se trataba de un juvenil en dispersión ya que esta especie también presenta un factor de dispersión bastante elevado. El críalo es una especie parásita, normalmente de córvidos, sobre todo urracas al contrario que el cuco que prefiere parasitar a pequeñas especies de paseriformes. Colocan en el nido de la especie a la que parasitan uno o varios huevos de pigmentación idéntica a la original y de esta forma la hembra incuba los huevos sin preocuparse del nuevo. Para ello se cree que uno de los componentes de la pareja distrae a las urracas mientras que la hembra deposita los huevos en el nido. Es cuando nace el críalo cuando empieza la verdadera competición ya que si el críalo nace antes empuja los demás huevos fuera del nido en el caso de que le sea posible y si convive con los pollos tenderá a expulsarlos también del nido. También los adultos vigilan sus huevos en el nido a pesar de ser acosados continuamente por las urracas para que abandonen la zona. De esta forma los críalos adultos pueden generar daños en los huevos de la urraca para que esta deseche esos huevos y seleccione los más integros entre los que se encuentra el del críalo.
Críalo europeo (Clamator glandarius) cerca de San Emiliano.
Quizá el área de cría del críalo sea más cercana a esta zona que las de las otras especies mencionadas ya que es una especie que cría en la mitad sur de la provincia de León, sin embargo ha sido la única ocasión en la que he observado un críalo en la cordillera. Espero que os haya gustado la entrada. Un saludo.
4 comentarios:
En verdad que resulta bonito ver citas raras, una Carraca por el Norte pero si es "cuasi" africana total, que pasada.Saludos.
Me parece impresionante la foto del buitre negro junto a la caliza. Saludos.
Muy buen artículo, y muy instructivo.
Excelente entrada, muy interesante.
Un saludo
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