También llamado pito negro pero este nombre parece herir la sensibilidad de ciertas personas asique actualmente es picamaderos negro, Dryocopus martius para no entrar en polémica. Resulta que es buena época para buscar al mayor píccido de Europa y por tanto también de la península. Tiempo de tamborileos y relinchos en los bosques maduros de la Cordillera Cantábrica, señal del incipiente celo que, con suerte, derivará en unos pocos huevos colocados en lo profundo de un agujero labrado a base de picotazos en un haya o un viejo roble, comunicado con el exterior por un orificio ovalado o con forma de lágrima. No es demasiado complicado escuchar el canto de este carpintero del tamaño de una corneja si tenemos paciencia, escogemos la época adecuada y un lugar en el que esté presente. Sin embargo no es tan fácil verlo en la maraña de ramas y troncos en el interior del bosque. Varios han sido mis avistamientos del picamaderos, sin embargo no pude retratarlo hasta los comienzos de esta primavera.
Hembra de Pito negro (Dryocopus martius) sobre un roble del occidente cantábrico.
Las imágenes no son gran cosa pero es un animal que merece una entrada en el blog y con cuyas fotografías estoy bastante contento. Mi primer encuentro con este animal fue cerca de mi casa hace ya unos 8 años, en un robledal maduro salpicado con algún arce, serbal y acebales en la zona alta. Un pájaro negro de gran tamaño, con pico y ojos claros volaba a través del bosque emitiendo un sonoro kru-kru-kru. Su vuelo no era oscilante como el de los demás carpinteros, sino que era rectilíneo y sus alas grandes y redondeadas en la parte posterior llamaban la atención. Me había topado con mi primer picamaderos negro. Pude escucharlo muchas otras ocasiones en las montañas del noroccidente leonés y suroccidente de asturias, casi todas en esta época, finales de marzo - principios de abril. También pude ver una pareja de picamaderos en mi viaje al pirineo catalán en el verano de 2009, donde la población es mucho más abundante que en la cordillera (pirineos y la cordillera son los 2 únicos relictos de la especie en la península).
Hembra de picamaderos negro (Dryocopus martius) posada sobre un abedul.
Su fuerte tamborileo es audible desde 2-4 km de distancia y recuerda a "salvas de ametralladora" según la Svensson, guía de campo de muchos pajareros a nivel europeo. La verdad es que es una descripción muy acertada para los tamborileos de este carpintero. A mi personalmente me llama la atención la duración de los mismos, mucho más largos que los de picapinos. Parece increible la resistencia y el diseño del cráneo de estos animales para resistir semejante repetición de impactos. Una dispisición y longitud de los componentes del pico y la estructura del hueso hioides en estas aves permite resistir las repeticiones contra la madera.
Esquema de la disposición de la lengua y la estructura del hioides en un pájaro carpintero. Como se puede ver la lengua rodea el craneo de los píccidos por la parte posterior, lo que ayuda a amortiguar en buena medida los golpes.
Las imágenes que adjunto son de una hembra que relinchaba desde varios árboles a unos 1300 msnm intercalándolo con tamborileos. Las hembras se diferencian de los machos por presentar sólo la parte posterior del píleo de color rojo, mientras que los machos presentan todo el píleo de ese color. Los ojo y pico blancos destacan sobre el plumaje negro inmaculado. Las marcas que estos animales dejan en los árboles son importantes, sobre todo en las zonas de alimentación ya que taraldran literalmente los troncos dejándolos como auténticos coladores para conseguir las preciadas larvas xilofilas que se alimentan de la madera.
Aspecto del picamaderos negro en vuelo.
Esta es otra de esas especies que hacen que la Cordillera Cantábrica derroche magia y haga sentirnos afortunadas a las personas que vivimos en ella. Escuchar el relincho de un pito negro, mientras ves carboneros palustres sobre los árboles y excrementos de un urogallo en el sendero de un robledal maduro es algo único en la península. En la cabeza del naturalista siempre hay imágenes con las que espera encontrarse, fruto de la consulta de guías y horas de campo y que muchas veces suceden cuando menos lo esperamos. Ese es el secreto de tener siempre ganas de volver al monte, la incertidumbre de saber como será lo que veas.
Picamaderos negro (Dryocopus martius) en pose típica sobre un roble.
La primavera ha llegado y es un buen momento para detenerse a mirar y a escuchar en nuestra querida Cordillera. Un saludo y espero que os haya gustado la entrada.
Aspecto del hábitat del Dryocopus dentro de un mes aproximadamente.
8 comentarios:
Es una maravilla pasarse por aquí y disfrutar de tus entradas.
Un saludín.
Muy chula la entrada, Héctor, como siempre.
En cuanto a lo del picamaderos, me pasa como con los otros cambios de nombres propuestos por SEO. Yo que quieres que te diga, si alguien se siente herido por decir Pito negro, lo que debería hacer es ir al médico.
Yo, sin ánimo de ofender a nadie, seguiré diciendo Pito negro, y no picamaderos, Águila calzada y no aguililla calzada, y Águila perdicera y no "Águila-azor perdicera", que esta si que es tela.
un abrazo, Héctor
Un ave cautivadora... Y una buena entrada, como siempre. Un abrazo!
Hola Héctor!!
Muy buena la entrada, es un ave que suele gustar mucho por lo guapa que es, por sus costumbres y tb. por lo dificil que es de observar.
Me imagino que tendrás apasionantes observaciones de ella.
Este año yo he tenido bastante suerte, pero tb. me han tocado otros años de vacío tras el Pito negro.
Yo como David, seguiré llamándolo Pito y no picamaderos, que además es muy largo de escribir... jejeje
un saludo!!
Estoy de acuerdo con DAVID (¡como siempre!) menos en lo de la Aguila Perdicera, creo que le ha hecho mucho daño...los deportistas cazadores ven ese nombre con mucho recelo, tampoco me gusta Aguila-azor nada adecuado ya que no caza entre arboles sino en la montaña abierta semidesnuda, no sé, con lo esbelta, fina y especializada que es podríamos abrir un foro para buscarle un nombre adecuado entre todos.
Tu reportaje del PITO NEGRO para morir de envidia.Saludos
Estupenda entrada de esta joya de nuestros montes. Sólo una cuestión al respecto. Yo personalmente, nunca he visto un nido en un roble, pese a lo que se pueda leer por ahí. ¿Tú lo has puesto por la literatura consultada? ¿o conoces algún caso concreto?
Un saludo.
En relación a lo que me respondes, ¿era un agujero cómo la entrada del nido? (eso lo he visto)¿O sabes que tenía la cavidad correspondiente a un nido porque por ejemplo les vieras criar? Un saludo, y gracias por la respuesta.
Máximo
Pues yo mismo no constaté la cría pero un chaval de Degaña si que siguió la cría. Este es su blog: http://degananatural.blogspot.com.es/2010/05/pajaro-carpintero.html
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