Parece que el invierno ha llegado tarde este año y ya que la tempestad impide salir al campo aprovecho para actualizar el blog. Fue en las últimas nieves caídas a principios de este mes de Abril cuando tuve un agradable encuentro con uno de los pequeños cazadores de nuestras montañas norteñas. Hablo del armiño, animal cuyo nombre suena familiar a muchas personas por el precio que alcanzó su piel en el mercado peletero pero al que no tantos ponen cara. Y es que viendo la cara de estos animales se hace imposible hacerles el mínimo daño, mucho menos para arrebatarles el pellejo. Concretamente, es en invierno cuando su piel era más cotizada ya que la mayoría de estos animales mudan su pelaje para tornarse en uno completamente blanco a excepción de la punta negra de la cola, carácter que ayuda a diferenciarlo de la comadreja.
Armiño (Mustela erminea) en pelaje de verano.
No obstante no siempre se produce esta muda en estos animales, al menos no en estas latitudes (un poco más al sur está el límite meridional de la especie). Puede que no muden nada del pelaje o bien que presenten una muda a manchas claras y marrones, una especie de mezcla entre los dos pelajes típicos en la especie. Yo personalmente nunca lo he visto con un pelaje completamente blanco, si que lo he visto parcheado en el mes de Enero. Parece relacionarse con la cantidad de horas de luz y también por factores genéticos.
Estos animales escogen las paredes de prados como refugio y los propios prados como territorio de caza librando a los mismos de topillos, ratones y otros roedores que constituyen parte de su dieta. Su cuerpo cilíndrico y estilizado le permite adentrarse en las madrigueras de roedores de gran tamaño para cazarlos así como entre los huecos de las paredes apareciendo y desapareciendo como una visión. La mayoría de avistamientos de armiño comienza con un movimiento fugaz para luego verlo cruzar corriendo un prado o simplemente asomar la cabeza entre las rocas.
Armiño (Mustela erminea) a la entrada de una madriguera.
Mi última observación de este animal fue curiosa por varios factores. Para empezar se ocultaba en una madriguera asomando de vez en cuando y quedandose quieto observando a su alrededor. A veces se alejaba un poco del orificio pero volvía al mismo rápidamente. No era una visión fugaz como las que acostumbra a hacer el pequeño mustélido, sino que se lo tomaba con calma permitiendo una observación detallada del animal. Otro de los factores es que no estaba sólo en la cavidad, en una de las salidas del primero de los armiños, un segundo armiño asomó la cabeza por el agujero. Nunca había observado a dos adultos de esta especie juntos aunque en el momento de parir las madres tienen una relación intensa con sus crías formando familias. Finalmente el primer armiño abandonó el lugar y el segundo no asomó más por el orificio.
Comienza su tiempo de amoríos por lo que supongo que este es el motivo de la cercanía entre estos armiños. Presentan implantación diferida, lo que significa que tras la fecundación, el blastocito permanece libre en el útero durante varios meses hasta que se implanta a la primavera siguiente para, tras el desarrollo de las crías, dar a luz a camadas de entre 4 y 10 individuos.
Armiño (Mustela erminea). En esta imagen se aprecia la punta negra de la cola que lo caracteriza.
Este animal también habita en canchales de montaña y roquedos de la cordillera, sin embargo ha sabido convivir con el hombre a pesar de la persecución ejercida sobre estos animales por motivos como los que comentaba al principio de esta entrada o bien por ser consideradas alimañas, alimañas que era legal erradicar incluso compensando económicamente al alimañero por presentar la piel de uno de estos animales entre otros muchos en una época oscura de ese país. Esperemos que no se cumplan las últimas noticias de volver a esa visión obsoleta.
No obstante el hombre convive con estos animales en la actualidad, llaman "denuncietsas", "goluncietsas" o "mostolietsas" a esos animales rápidos que cruzan los verdes prados de los fondos de valle cantábricos. Parece que pueden escurrirse entre los agujeros sin miedo a que una garduñera las pille. Otra vez queda presente la ignorancia de quienes las mataban por el mero hecho de matar sin saber que esos animales mantenían sus tierras libres de roedores que pudiesen afectar a sus pastos o cosechas.
Armiño (Mustela erminea) asomado en el agujero donde se encontraba con el otro ejemplar.
A pesar del pequeño y delicado tamaño que pueden aparentar estos animales, son excelentes cazadores y en zonas como Reino Unido donde abundan los conejos son capaces de dar caza a uno de estos animales a pesar de que los superan en peso y en tamaño. Viendo este increible video de la BBC queda patente. Esperemos ver el correr de estos animales por nuestros prados, aunque sea cuestión de segundos, durante mucho tiempo. Espero que os haya gustado la entrada. Un saludo.
Armiño (Mustela erminea)
9 comentarios:
Valla artista estas echo!!!
Muy guapo, Héctor
Estupenda!
Vaya pedazo de fotos. Un lujo. Enhorabuena.
Como siempre, genial relato y estupendas fotos!! Gracias por compartirlas en tu blog.
Que preciosidad de bicho, hace mas de 30 años que no le veo por mi zona. Un saludo
preciosas fotos, felicidades
Fantastico registo Hector! Saludos desde Portugal!
Pues esperemos que sea así y relatos como el que nos has escrito y documentado vuelvan a ser frecuentes en nuestra tierra.
Un saludo desde Pucela.
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