lunes, 10 de mayo de 2010

Color

La verdad es que si hay algo con lo que asociamos involuntariamente la primavera es con una época de explosión de color. Tanto el mundo animal como el vegetal buyen de tonos llamativos como verdes, amarillos, rojos... Las plantas lo utilizan como atracción para los insectos y de esta forma poder llevar a cabo la polinización y en los animales suele relacionarse con pautas de cortejo. Comenzaré por el mundo animal, concretamente por las aves.
Ya han llegado casi todos los pájaros de sus cuarteles de invernada en África como es el caso de collalbas, lavanderas boyeras, etc... Las primeras aparecen reclamando casi siempre con un blanco intenso sobre promontorios rocosos, estacas, etc... Aves de vuelo ágil y obispillo claro.

Collaba gris (Oenanthe oenanthe)

Las lavanderas boyeras más ligadas a zonas encharcadas pero también de pradera como las collalbas lucen un amarillo intenso en su pecho. Existe un gran número de subespecies de esta lavandera y podemos llevarnos sorpresas fijándonos en detalles como los tonos de la cabeza. En este caso os dejo una fotografía de un ejemplar de los más comunes en la península.

Lavandera boyera (Motacilla flava iberiae)

También otras aves como los torcecuellos llegan a las zonas oseras en esta época. Es un píccido curioso ya que a priori puede no tener aspecto de pájaro carpintero. Sus tonos pardos le hacen confundirse con las cortezas de los árboles donde pasa la mayoría del tiempo. Tengo un nido de esta especie controlado curiosamente en una pared de bloques de un edificio, un lugar donde su camuflaje sirve de poco. Es fácil observar a uno de los ejemplares en los alrededores caminando por el suelo en busca de insectos como hormigas que llevarse al pico haciendo uso de su larga lengua. Un pájaro de canto escandaloso pero que se ve menos de lo que se escucha.

Torcecuello (Jynx torquilla)

Unas aves que podemos ver también en esta época sobrevolando pastizales y prados son los aguiluchos cenizos y pálidos. Los segundos más ligados a alta montaña en esta zona y los primeros en zona de praderas. El color también es algo curioso en esta especie. Aparte del marcado dimorfismo sexual es bastante abundante la presencia de individuos con melanismo (exceso de melanina en algunas plumas y por tanto tonalidades oscuras). A continuación una serie de fotografías en las que podemos ver primero un macho de tonalidad normal, luego una hembra y por último un macho melánico. Todos ellos fueron fotografiados en la misma región y el mismo día.

Hembra de aguilucho cenizo (Cyrcus pygargus)

Macho de aguilucho cenizo (Cyrcus pygargus)

Aguilucho cenizo melánico

Sin embargo a pesar de poder ver gran cantidad de aves en nuestras latitudes en los días primaverales no podemos olvidarnos de las aves que pasan el año en la península con tonalidades discretas pero que en esta época estallan en colores y las hacen parecer nuevos pájaros. Ejemplos vistosos son el pardillo con un pecho rojo intenso o el escribano cerillo que luce colores amarillos chillones combinados con tonos herrumbre que convierten a estas aves de la montaña cantábrica en paletas de colores.

Escribano cerillo (Emberiza citrinella)

Paso ahora a hablar de la herpetofauna. Animales que están ahora más activos que nunca tras el letargo invernal. Comienzo por una especie a la que tengo especial cariño, hablo del lagarto verdinegro. Un lagarto de zonas altas normalmente y bastante ligado a la humedad. El azul que presenta la cabeza de los machos de verdinegro es un color que no he visto en ningún otro lugar. Podemos encontrarnos con parejas de estos animales descansando a la entrada de sus refugios bajo rocas mientras se solean tranquilamente. También junto a arroyos o entre hierbas. Adjunto fotografías de 2 ejemplares, con tonalidades diferentes.

Macho de lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi)

Lagarto verdinegro

Lo anfibios también se dejan ver con mayor facilidad en las noches lluviosas de primavera cuando las temperaturas son algo más elevadas que en el invierno que ha terminado y pueden desarrollar sus ciclos reproductores. Salamandras, tritones jaspeados, sapos comunes...son algunas de las especies que nos podemos encontrar en un paseo nocturno pero me centraré ahora en 3 especies que he fotografiado este fin de semana.
La ranita de San Antonio. Una de las ranas más llamativas de nuestra fauna tanto por su color como por su cualidad de "arborícola". Las grandes ventosas en el extremo de sus dedos le ayudan a fijarse a cualquier superficie y a pesar del verde tan llamativo de su piel muchas veces pasa desapercibida entre la vegetación lacustre o de ribera. Es sin duda una de las ranas más fotogénicas. Es curioso como a veces escuchas su canto en una charca y al acercarte a la misma no eres capaz de localizar ninguna a pesar de que sepas que están ahi. Ahi van unas cuantas fotos de la Hyla arborea

Ranita de San Antonio (Hyla arborea)


Ranita de San Antonio junto a un brote primaveral





Ranita de San Antonio en su entorno

Un plano más cercano

Como podeis ver el color de estas ranas no es tan diferente al de la vegetación de zonas húmedas donde se suele mover.
Voy ahora con el sapo partero, una especie que en esta zona aparece más ligada a canchales y roquedos de alta montaña y cuyo canto (un silbido muy suave) puede escucharse en los atardeceres primaverales. Esta especie se caracteriza porque los individuos llevan la puesta sobre los cuartos traseros una época hasta que la depositan en el agua. Su pupila vertical hace que su mirada no parezca de anfibio y sus tonos salpicados de manchas grisaceas le confunden entre rocas y liquenes de la montaña cantábrica. Una serie de fotos de este pequeño anuro.

Sapo partero común (Alytes obstetricians)

Sapo partero en posición defensiva

La defensa de muchas especies de anuros consiste en hincharse para dificultar ser tragados por su depredador. También hacen uso de las sustancias segregadas en sus parótidas y en otras especies incluso emiten sonidos intimidatorios.
Por último también he podido fotografiar al sapillo pintojo en estos días lluviosos. Esta especie sólo la había visto otra vez y de noche y por ello quería fotografiarla también de día donde se puede apreciar mejor de donde le viene el nombre de pintojo.
Su hocico afilado es inconfundible y su aspecto intermedio entre un sapo y una rana facilitan su rápida identificación. A mi particularmente me sorprendió la agilidad de esta especie. Un par de fotos.

Sapillo pintojo ibérico (Discoglossus galganoi)

Un plano mas cercano

Por último finalizo con algún detalle primaveral cargado de color como bien dice el título pero también de frescura ya que estos días estan siendo particularmente frescos en algunas zonas. Espero que os haya gustado la entrada y un abrazo.