sábado, 21 de abril de 2012

Lobo ibérico: cumpliendo sueños

Esta entrada no pretende entrar en ningún tipo de polémica acerca de la gestión de este animal en la península ibérica aunque todos sabemos como va... Simplemente va a actuar como un cuaderno de campo para reflejar unas de las vivencias más alucinantes a nivel personal que he tenido con estos animales, fruto de numerosas esperas en la Cordillera Cantábrica. Son experiencias con las que siempre sueñas y que al final se cumplen.

Sábado 24 de Marzo de 2012 7:50 am aproximadamente

Las primeras luces golpean algunas de las nieves relictas de las últimas y escasas nevadas del invierno cantábrico recién terminado. Hace frío y junto a mi padre controlamos a distancia una zona que tiene buena pinta como "paso de lobos". En principio nada destacable, un grupo de ciervos descansa lejos en un cortafuegos, un pito negro reclama en lo profundo del bosque y el pantalón comienza a mojarse por efecto de la helada derritiendose a causa del calor corporal. Una tarabilla macho percha sobre una zarza agitando su cola de forma viva, como es costumbre en la especie.

Entonces comienza el ajetreo. Controlo una zona de ladera cuando de un hayedo surgen un grupo de unas 8 ciervas corriendo con la cabeza erguida y pisadas contundentes. Miro con los prismáticos y entre ellas distingo un bulto diferente, un lobo ibérico se escurre entre las ciervas persiguiendo a su objetivo. Mi padre me avisa de que hay otro ejemplar que corre tras las mismas un poco más abajo en la misma ladera. Corren estirados, con la cabeza hacia delante y el cuello tenso. Su pelaje todavía luce invernal dando a los lobos un aspecto más poderoso. Entonces los dos lobos se acercan y el grupo de las ciervas se disgrega saliendo cada una en una dirección. Tal es el afán de las ciervas de huir de los lobos que 3 de ellas corren hacia nosotros sin percatarse de nuestra presencia. No ha habido suerte esta vez, la comida tendrá que esperar. Del hayedo salen 3 ejemplares más de lobo ibérico. Cruzan un nevero y se reunen para en un claro nevado entre unos acebos. Un grupo de 5 lobos ibéricos se saluda sobre el blanco manto mediante movimientos de cola y cabeza.

Lobo ibérico (Canis lupus signatus) cruzando un nevero


Grupo de lobos ibéricos tras unos acebos en la Cordillera Cantábrica

No pude hacer una foto en la que se vean los 5 lobos al mismo tiempo ya que del claro fueron saliendo a medida que llegaban otros componentes del grupo para formar una fila que tomó dirección a un collado. 2 ejemplares iban más adelantados mientras que el resto del grupo iba junto unos metros por detrás. Mientras observaba a los animales cruzar la ladera era inevitable recordar escenas de caza de lobos en libertad persiguiendo a ciervos americanos o incluso a bisontes en norteamérica. También hay escenas rodadas con lobos ibéricos pero en la mayoría e casos son ejemplares troquelados, y es que no es tan fácil poder contemplar el momento de la caza de un grupo de lobos en total libertad.

A medida que los lobos avanzaban por el sendero de vez en cuando alguno marcaba el territorio con un excremento en el camino. De vez en cuando miraban atrás esperando a sus congéneres u olisqueaban el sustrato helado. Uno de los ejemplares lucía una lustrosa panza por lo que puede que fuese una hembra en sus últimas semanas de gestación ya que como dice el refrán: "Escoba florida, loba parida" y eran finales de Marzo. Los lobos fueron cruzando uno tras otro hasta alcanzar un collado y desaparecer a eso de las 8:15 de la mañana. Solamente el hecho de salir al campo en las montañas del norte peninsular y poder presenciar una escena como esta debería ser suficiente para que el lobo ibérico gozase de mucha menos presión de la que tiene en la actualidad.

Lobo marcando el territorio

3 del grupo de 5 lobos observado

En esta imagen se aprecia la panza del ejemplar que está a la izquierda pudiendo tratarse de una hembra preñada (Pinchad en la imagen para ver a mayor tamaño)

Lobos ibéricos sobre la nieve.

Domingo 8 de Abril de 2012 20:00 aproximadamente

En uno de los campeos habituales sin buscar nada en concreto, simplemente dando una vuelta por una zona buena, con posibilidad de observar varias especies tanto de herbívoros como carnívoros, una cierva huye sin mirar atrás. La tarde es agradable y la niebla amenaza con posarse sobre las montañas en cualquier momento. En principio parece que nada va detrás de la cierva tras un control del lugar con los prismáticos. Sin embargo, unos 10 minutos después una silueta familiar aparece en uno de los prados del entorno. Es un lobo ibérico. Campea entre unas hozaduras de jabalí con el famoso trote lobuno deteniéndose muy poco y caminando en dirección norte a medida que asciende en la montaña. En principio puede parecer un lobo de buen tamaño al verlo aislado, sin embargo luego comprobaremos que no lo es tanto.

Lobo ibérico (Canis lupus signatus) campeando en la Cordillera Cantábrica.

Lobo ibérico.

Decidimos coger algo de altura para tener una mejor vista del valle y poder controlar mejor los movimientos del lobo. Nos encontramos en la ladera opuesta al animal en todo momento, cuando de repente el silencio del lugar se ve interrumpido por un coro de aullidos y chillidos que ponen la piel de gallina. Nunca había escuchado aullar a los lobos ni mucho menos imaginaba hacerlo a plena luz del día. Me apresuro a montar el telescopio para encontrar al grupo que emite los sonidos y poder verlos aullar. No doy con ellos pero entonces, mi padre, con una vista curtida por los años de mirar a las montañas cantábricas (todos los que lo conocéis sabéis que puede presumir de ello) da con el grupo. Enfoco hacia donde me indica y ahí están. Un grupo de 3 lobos, 2 de gran tamaño (posiblemente la pareja alfa) y uno de un tamaño menor (quizá un cachorro del año pasado) levantan sus cabezas y emiten aullidos y pequeños chillidos que resuenan en todo el valle. Tiemblo ante semejante espectáculo y no de miedo, sino de emoción. Están llamando al primero de los lobos que vimos, que se encontraba a menor altitud que el grupo. Este ejemplar deja de caminar y mira hacia la zona donde está el grupo cuando estos aullan.

Grupo de 3 lobos ibéricos aullando en la distancia.

El lobo que caminaba sólo dirige su rumbo hacia el grupo. Cruza el monte con la facilidad propia de un gran predador y en pocos minutos se produce el encuentro. Se escuchan chillidos agudos cuando se juntan, mueven la cola y juntan sus hocicos olisqueandose, uno de los individuos de gran tamaño se acerca al joven recien llegado y se coloca sobre él, el joven se tumba en señal de sumisión. Tras el encuentro los lobos se sientan, se rascan, incluso se arrastran por el suelo para calmar los picores. Todo esto sucede mientras yo lo observo a 1 km de distancia. Poco a poco la niebla va cayendo sobre las pendientes laderas y se hace la noche. La sorpresa llega cuando ojeando un poco cerca desde el lugar en que estábamos observando nos encontramos con los restos recientes de un jabalí del que sólo quedaba la cabeza, las pezuñas y el pellejo de la cola. Lo demás había sido comido por los lobos y los buitres. Los restos de un imponente venado, mucho más antiguos ya que no tenían resto alguno de carne yacían cerca del jabalí. Una posible zona de embudo donde se facilita la captura de presas por parte de estos magníficos animales.

Restos de jabalí posiblemente depredado por lobo ibérico.

He narrado un par de experiencias que he podido observar y con las que había soñado durante practicamente toda mi vida (al menos desde que tengo conciencia y recuerdos). Lo que se siente al ser un espectador de las maravillas de la Cordillera Cantábrica es algo dificil de describir. Los que hayáis tenido encuentros similares con estos animales seguro que me entendéis. El lobo ibérico es un tesoro que tenemos que conservar entre todos tanto por el importantísimo papel que juega en un ecosistema como por el valor de ser una subespecie endémica de la península lo que le da un plus. Es triste que estos argumentos no sean suficientes para la gestión del lobo y lo que dirija los intereses en casi todos los casos sean los ingresos económicos (bien sea por caza o por lo que genere el lobo como en el caso de la sierra de la culebra). Un "político" solo se planteará en serio la protección del lobo si este supone un beneficio económico de algún tipo, es triste pero es así. De todas formas esperemos que el lobo siga haciendo gala de su capacidad de adaptación y sea capaz de superar esta tormenta que le está cayendo para seguir campeando como una sombra en los valles y crestas de estas montañas. Un saludo.

sábado, 14 de abril de 2012

Armiño

Parece que el invierno ha llegado tarde este año y ya que la tempestad impide salir al campo aprovecho para actualizar el blog. Fue en las últimas nieves caídas a principios de este mes de Abril cuando tuve un agradable encuentro con uno de los pequeños cazadores de nuestras montañas norteñas. Hablo del armiño, animal cuyo nombre suena familiar a muchas personas por el precio que alcanzó su piel en el mercado peletero pero al que no tantos ponen cara. Y es que viendo la cara de estos animales se hace imposible hacerles el mínimo daño, mucho menos para arrebatarles el pellejo. Concretamente, es en invierno cuando su piel era más cotizada ya que la mayoría de estos animales mudan su pelaje para tornarse en uno completamente blanco a excepción de la punta negra de la cola, carácter que ayuda a diferenciarlo de la comadreja.

Armiño (Mustela erminea) en pelaje de verano.

No obstante no siempre se produce esta muda en estos animales, al menos no en estas latitudes (un poco más al sur está el límite meridional de la especie). Puede que no muden nada del pelaje o bien que presenten una muda a manchas claras y marrones, una especie de mezcla entre los dos pelajes típicos en la especie. Yo personalmente nunca lo he visto con un pelaje completamente blanco, si que lo he visto parcheado en el mes de Enero. Parece relacionarse con la cantidad de horas de luz y también por factores genéticos.

Estos animales escogen las paredes de prados como refugio y los propios prados como territorio de caza librando a los mismos de topillos, ratones y otros roedores que constituyen parte de su dieta. Su cuerpo cilíndrico y estilizado le permite adentrarse en las madrigueras de roedores de gran tamaño para cazarlos así como entre los huecos de las paredes apareciendo y desapareciendo como una visión. La mayoría de avistamientos de armiño comienza con un movimiento fugaz para luego verlo cruzar corriendo un prado o simplemente asomar la cabeza entre las rocas.

Armiño (Mustela erminea) a la entrada de una madriguera.

Mi última observación de este animal fue curiosa por varios factores. Para empezar se ocultaba en una madriguera asomando de vez en cuando y quedandose quieto observando a su alrededor. A veces se alejaba un poco del orificio pero volvía al mismo rápidamente. No era una visión fugaz como las que acostumbra a hacer el pequeño mustélido, sino que se lo tomaba con calma permitiendo una observación detallada del animal. Otro de los factores es que no estaba sólo en la cavidad, en una de las salidas del primero de los armiños, un segundo armiño asomó la cabeza por el agujero. Nunca había observado a dos adultos de esta especie juntos aunque en el momento de parir las madres tienen una relación intensa con sus crías formando familias. Finalmente el primer armiño abandonó el lugar y el segundo no asomó más por el orificio.

Comienza su tiempo de amoríos por lo que supongo que este es el motivo de la cercanía entre estos armiños. Presentan implantación diferida, lo que significa que tras la fecundación, el blastocito permanece libre en el útero durante varios meses hasta que se implanta a la primavera siguiente para, tras el desarrollo de las crías, dar a luz a camadas de entre 4 y 10 individuos.

Armiño (Mustela erminea). En esta imagen se aprecia la punta negra de la cola que lo caracteriza.

Este animal también habita en canchales de montaña y roquedos de la cordillera, sin embargo ha sabido convivir con el hombre a pesar de la persecución ejercida sobre estos animales por motivos como los que comentaba al principio de esta entrada o bien por ser consideradas alimañas, alimañas que era legal erradicar incluso compensando económicamente al alimañero por presentar la piel de uno de estos animales entre otros muchos en una época oscura de ese país. Esperemos que no se cumplan las últimas noticias de volver a esa visión obsoleta.

No obstante el hombre convive con estos animales en la actualidad, llaman "denuncietsas", "goluncietsas" o "mostolietsas" a esos animales rápidos que cruzan los verdes prados de los fondos de valle cantábricos. Parece que pueden escurrirse entre los agujeros sin miedo a que una garduñera las pille. Otra vez queda presente la ignorancia de quienes las mataban por el mero hecho de matar sin saber que esos animales mantenían sus tierras libres de roedores que pudiesen afectar a sus pastos o cosechas.

Armiño (Mustela erminea) asomado en el agujero donde se encontraba con el otro ejemplar.

A pesar del pequeño y delicado tamaño que pueden aparentar estos animales, son excelentes cazadores y en zonas como Reino Unido donde abundan los conejos son capaces de dar caza a uno de estos animales a pesar de que los superan en peso y en tamaño. Viendo este increible video de la BBC queda patente. Esperemos ver el correr de estos animales por nuestros prados, aunque sea cuestión de segundos, durante mucho tiempo. Espero que os haya gustado la entrada. Un saludo.

Armiño (Mustela erminea)