sábado, 26 de noviembre de 2011

Pequeños roedores

Una vez más me disculpo por la tardanza a la hora de actualizar pero unas veces por no saber muy bien que tema escoger para contaros y otras por temas universitarios no se encuentra el momento de actualizar.
Hoy voy a hablar sobre uno de los grupos animales que más facilmente pasan desapercibidos a nuestras miradas. Son los micromamíferos que, como indica la palabra, son grupos de mamíferos de pequeña talla. Suele incluir roedores, pequeños insectívoros, quirópteros... Yo me centraré principalmente en los roedores. La Cordillera Cantábrica cuenta con varias especies de micromamíferos que sólo están representadas a nivel nacional en el norte peninsular.
Son animales discretos. Además del pequeño tamaño que dificulta su localización, suelen ser de hábitos nocturnos y pasar el día refugiados en pequeñas madrigueras que excavan ellos mismos o bien aprovechan cualquier hueco. Además su metabolismo acelerado (un ratón presenta entre 500 y 600 latidos en un minuto) hace que se muevan de forma eléctrica lo que suele complicar un avistamiento detallado que facilite la identificación. No obstante las horas en el campo hacen que de vez en cuando tengas un encuentro relativamente relajado con estos animales.

Ratón de campo (Apodemus sylvaticus)

El más común de todos los pequeños roedores en la cordillera es el ratón de campo (Apodemus sylvaticus)característico por el tono rubio de su pelaje contrastado con el blanco de la zona ventral. Se ha publicado recientemente la importancia de estos ratones en la conservación de los bosques ya que trabajan como auténticos "ingenieros forestales", si dichos profesionales me permiten la expresión. En resumidas cuentas, estos pequeños animales almacenan multitud de frutos secos entre la hojarasca del bosque. Tal es la cantidad, que no pueden consumir todas las semillas y por ello tienen un papel importante ya que facilitan la germinación de plantas como robles o encinas. Además del ahorro temporal que supone enterrar la semilla, también la esconden de otros animales que podrían alimentarse de la misma. Pinchando aquí podéis ver la notivia relacionada donde encontraréis la referencia al artículo original.
Además de la importancia como "ayudantes" del bosque, los pequeños roedores son esenciales en cualquier red trófica ya que suponen el alimento de la mayoría de carnívoros que habitan la Cordillera Cantábrica. Hablo por supuesto de multitud de mamíferos, aves y reptiles que tienen a los roedores como pilar fundamental de su alimentación. Aquí en el bosque templado, los pequeños roedores son lo que es el conejo al monte mediterráneo. Es impensable el mantenimiento de un ecosistema con niveles superiores de la red trófica sin roedores.

Ratón leonado (Apodemus flavicollis)

El ratón leonado (Apodemus flavicollis) es muy semejante al ratón de campo sin embargo se diferencia del mismo en un tamaño ligeramente mayor y un collar del color del lomo que le da el nombre de leonado (ya que se asemeja a la melena del león rodeando su cara). Este pequeño animal vive en el norte peninsular ligado normalmente a bosques bien conservados.
Algunos puede que os preguntéis como son capaces los ratones de sobrevivir soportando tanta presión por parte de los predadores y la respuesta es adoptando una estrategia ecológica denominada estrategia de la "R". Los estrategas de la R son en resumen especies (animales o vegetales) que toleran muy bien cambios ambientales, que se reproducen a menudo y tienen mucha descendencia en cada época reproductora (para compensar la gran mortalidad infantil de estas especies). En el lado opuesto se encontrarían los estrategas de la "K", que son especies con rangos muy estrechos, que tienen poca descendencia y que normalmente se encargan del cuidado de la misma durante mucho tiempo (un ejemplo serían los elefantes o los osos).
Por tanto la adaptación de estos animales es aumentar mucho la producción de individuos para asi asegurar el mantenimiento de las poblaciones.

Topillo nival (Chionomys nivalis)

El topillo nival es un roedor que en la península aparece confinado en las grandes formaciones montañosas. Destaca el gran tamaño cuando lo observas saliendo de entre las rocas de los canchales montañosos para cortar brotes frescos en primavera e introducirlos en las cavidades en las que habita. Muchas veces no es necesario observar al animal directamente para constatar la presencia de la especie en una zona. Por ejemplo el topillo nival, cuando la nieve cubre las cumbres, se desplaza bajo el manto niveo alimentandose de los vegetales de la zona. Cuando realiza dicha operación elabora una especie de caminos acanalados como consecuencia de los desplazamientos bajo la nieve. Una vez que la nieve se retira una especie de mapa de metro de una ciudad queda plasmado sobre la tierra. Normalmente para detectar la presencia de roedores en una determinada zona se recurre al trampeo y al estudio de egagrópilas de rapaces donde aparecen los restos oseos de los roedores que permiten su identificación.
Esta especie es una de las afectadas por el cambio climático o cambio global. Aparece restringido a altitudes bastante elevadas y el aumento de las temperaturas provocara que la especie siga ascendiendo en la cota hasta que llegue un punto en el que su límite inferior coincida con la cima de la montaña y no pueda seguir ascendiendo. Vuelvo a hablar por tanto de lo que hablo muchas veces. No solamente tenemos que preocuparnos de especies emblemáticas como el oso pardo, sino que existen especies pequeñas y menos llamativas que también corren el riesgo de desaparecer, en las que no se invierten tantos medios y que merecen una figura de conservación más participativa al menos por parte de las administraciones.

Topillo campesino (Microtus arvalis)

El topillo campesino es una de las especies más polémicas de pequeños roedores a nivel nacional. Estos roedores son típicamente de las zonas montañosas del norte de la península, de hecho la subespecie ibérica, Microtus arvalis asturianus nos da en su nombre una pista sobre su distribución. Sin embargo a partir de los años 80 esta especie amplió su distribución hacia las zonas centro y sur de Castilla y León. Este movimiento se produjo por causas ambientales y demográficas y no por la famosa teoría de los lanzamientos de topillos desde helicópteros. Se gastaron un pastón en hacer paracaidas para los topillos para que estos no se matasen en el impacto (obviamente este último comentario es irónico).
Esta especie sufre explosiones demográficas cada 3 ó 4 años de forma natural aumentando mucho su densidad de población pero que de la misma forma puede volver a números más o menos equilibrados, obviamente lleva su tiempo y la solución no es inmediata. Con explosiones de este tipo suelen coincidir los años de cría de la lechuza campestre en la península Ibérica. Sirva esto para dejar claro como la abundancia de un determinado alimento condiciona completamente la fenología de una especie. La busqueda de una solución a corto plazo es lo que provocó el envenenamiento de miles de topillos que a su vez envenenaron a sus depredadores (tanto cuadrúpedos como alados), incluso a liebres, hecho con el que no contaban muchos de los cazadores que apoyaban el envenenamiento de topillos y que lamentan hoy en día en algunas zonas de la meseta norte. Esto generó una de las mayores tasas de muerte por envenenamiento de carnívoros en Castilla y León. Todo esto a pesar de la opinión de multitud de biólogos nacionales e internacionales y las advertencias acerca de los nefastos resultados que conllevaría. Se diezmó la población de topillos pero pagando un precio con la vida de multitud de especies que tardarán mucho más tiempo que los topillos en recuperar sus poblaciones (hago referencia de nuevo a las estrategias de la R y de la K).

Lirón careto (Eliomys quercinus)

El lirón careto es uno de los animales más carismáticos y reconocidos gracias a los documentales elaborados por Felix Rodriguez de la Fuente. Mayores que los topillos y los ratones, los lirones acumulan reservas durante el otoño para hibernar durante el invierno. Época en la que ralentizan sus funciones vitales (despertando intermitentemente durante el invierno) para finalmente volver a su actividad normal en la primavera. Mientras hibernan son totalmente vulnerables y la cola de la que se desprenden cuando van a ser depredados no les sirve de mucho en esta ocasión. El ejemplar de la fotografía fue fotografiado en un chozo durante una noche veraniega en la que salió de su escondrijo para comer de nuestro queso.
Muchos pequeños animales son más dificiles de localizar y de fotografiar pero espero que estas 5 especies hayan sido suficientes para reflejar la magnitud de la importancia de estos animales en los ecosistemas asi como la importancia de su conservación. Espero que os haya gustado la entrada. Un saludo