jueves, 3 de septiembre de 2009

Pirineos (Primera parte)

Este verano tenía planeado visitar la gran cordillera que separa España del resto de Europa y así lo hice. La intención era fotografiar las mayor cantidad de especies tipicas del sistema montañoso pirenaico pero con un mínimo desplazamiento. Gracias a las magistrales indicaciones de un buen amigo (el sabe quien es) no tuvimos ningún problema.
La primera parte del viaje tratará sobre aves y mamíferos y la segunda parte sobre herpetofauna sobre todo.
El primer día del viaje decidimos dedicarlo a 2 especies representativas del pirineo. La marmota y la perdiz nival. De paso veríamos otro tipo de aves como piquituertos y verderones serranos.
La marmota y el lagópodo alpino son especies que desarrollan su vida a gran altitud, sobre el umbral de coníferas del pirineo. Nuestro camino comienza en dicho umbral donde los piquituertos perchan sobre la copa de los árboles perennes y los verderones serranos campean en las zonas despejadas y entre las rocas en busca de algo que llevarse a la boca.

Verderón serrano (Serinus citrinella)

Una vez pasamos del ecotono entre el bosque perenne del pirineo y la zona prealpina, empezamos a estar preparados para cualquier indicio de las marmotas. Son animales de la familia de las ardillas (Sciuridae) que pasan el duro invierno del pirineo en guaridas bajo tierra. Son casi 6 meses los que pasan bajo tierra algunos años y por ello han de estar preparadas. Tras la primavera, las marmotas salen a la entrada de su madriguera ,normalmente con alguna roca cercana, sobre la cual se solean para entrar en calor tras las noches sobre los 2500 metros de altitud. Son animales sociales. Uno de ellos se coloca estratégicamente vigilando las zonas de posible acercamiento a las madrigueras y cuando considera que el peligro es evidente emite un silbido de alarma fácil de escuchar y diferenciar en la alta montaña de los pirineos. Es entonces cuando las marmotas se refugian en las madrigueras hasta que pasa el peligro.

Marmota (Marmota marmota) a la entrada de la madriguera

Las marmotas son animales agradecidos a la hora de fotografiar ya que si tienes ligeras nociones de acercamiento a fauna salvaje dejan acercarse a una distancia buena para fotografiarse. Tengo entendido que en algunas regiones del pirineo son extremadamente confiadas. Destaca también su simpatía colocándose sobre las patas traseras o viéndolas correr.

Marmota levantada sobre las patas traseras

Además de los silbidos, las marmotas se comunican visualmente gracias a un penacho oscuro que poseen en la cola. Lo agitan ante situaciones de alarma avisando a las marmotas cercanas. Como he dicho son animales bastante avanzados en el sistema de alarma conjunta.

Familia de marmotas en la que podemos ver un adulto (dcha) y dos juveniles.

Marmota silbando para alarmar a sus congeneres.

Marmota adulta descansando sobre una roca.

Pudimos disfrutar de las correrias de estos animales durante todo el día ya que aparecen en buen número y se dejan ver con facilidad sobre las rocas.

Marmota en su ambiente típico

Dejamos atrás la zona de las marmotas y llegamos al ambiente alpino (sobre los 2700 msnm), hábitat característico de la perdiz nival o lagópodo alpino. El plumaje crípitco de esta especie durante casi todo el año dificulta su observación. En invierno su plumaje es de un blanco casi impoluto y hace que se camufle de sus depredadores en la nieve. El hecho de que las nieves lleguen cada vez más tarde y las perdices muden antes la pluma, hace que sean un imán a depredadores como el azor, el zorro o la marta. Una vez finalizado el invierno las perdices mudan a una coloración grisacea, de tonos casi iguales a las rocas que aparecen en su entorno.
Decidimos asentarnos en un lugar elevado para controlar el ambiente y ver si localizamos a los lagópodos. No lo conseguimos pero mientras podemos observar los buitres volando con las primeras corrientes o un buen rebaño de rebecos de la subespecie pyrenaica.

Buitre leonado (Gyps fulvus) sobrevolando el pirineo

Rebecos (Rupicapra pyrenaica pyrenaica)

Los rebecos pirenaicos son más conocidos como sarrios o isards. Tienen un mayor tamaño corporal, los cuernos son mayores que en los rebecos cantábricos y el antifaz aparece menos marcado que en la subespecie parva.
Decidimos tantear el terreno desde dentro y es entonces cuando conseguimos localizar un bando de 5 perdices correteando. Es una especie que levanta el vuelo pocas veces, al contrario que la perdiz pardilla o la roja. Es dificil seguir la pista de los lagópodos ya que se camuflan a la perfección.

Lagópodo alpino (Lagopus mutus) en su entorno

Una de las perdices del bando llevaba un radiotransmisor ya que la antena sobresalia de su precioso plumaje. Supongo que los científicos facilitan así la localización en futuras visitas al hábitat del lagópodo alpino. Aquí van un par de fotos del lagópodo alpino.

Lagópodo alpino

Lagópodo alpino donde podemos ver la ceja característica de los tetraónidos

Se presentía tormenta por lo que decidimos tomar el bocata disfrutando de haber podido conseguir varios de los objetivos principales de la "expedición". Nos sentamos junto a un canchal donde una marmota asomaba de vez en cuando. Es entonces cuando miro atrás y veo un joven armiño acercándose a nosotros por la espalda. Al ser descubierto huyó hacia otro canchal del cual no salió mientras estuvimos allí. Vi la especie varias veces en la cordillera cantábrica pero es una ilusión poder haber visto al ágil armiño también en pirineos. Ya había terminado de comer cuando me levanto a asomarme a un risco a ver si se veía alguna marmota cerca. En ese momento mi padre me avisa de que algo vuela bastante cerca. Miro y se trataba de un juvenil de quebrantahuesos. Una especie con la que no contaba y sin embargo se presenta pudiendo verla a la perfección. El día era nublado por lo que las fotos no son para tirar cohetes, pero se ve bien de que carroñera se trata.

Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) juvenil.

Al final nos pilló la tormenta antes de poder refugiarnos. La noche antes también habia descargado bien ya que había buenas montoneras de granizo en las pozas de la zona alpina. Sin embargo el agua no pudo enfriar la ilusión de haber disfrutado de tres de las especies características del pirineo. Aquí finaliza la primera parte de la crónica del viaje. Un saludo

5 comentarios:

Pablo Fernandez Fernandez dijo...

Estupenda cronica y magnificas fotos.
Espero impaciente los siguientes capitulos.
Un saludo

Anónimo dijo...

Impresionante reportaje. Y muy completo. Enhorabuena.

Saludos.

Josélez dijo...

Muy chulas las fotos y el reportaje. Vaya fotazas las que les hiciste a las marmotas! O se te pusieron muy cerca o tienes un zoom de la leche!
Por no hablar de los lagópodos ¡qué envidia! Yo no llegué ni a verlos, pero claro, para eso tienes que saber dónde ir. Hasta un armiño, qué suerte... Lo único de lo que nos has presentado que pude fotografiar fueron marmotas y verderones serranos, aunque las fotos que saqué no se ven muy bien, sobre todo los verderones que estaban bastante lejos. Aún así mostraré alguna cuando llegue el momento, hasta entonces, me sigo deleitando con fotos como las tuyas. Enhorabuena.

Saludos

Lienzo tierra dijo...

Qué envidia!! Vaya entrada.

Me ha encantado tu avistamiento del ejemplar de Quebrantahuesos juvenil sabiendo que andan tan amenazados.

Un saludo!!

Manuel Flores dijo...

Muy buen reportaje y muy buenas las explicaciones,sobretodo esa foto de la joya de nuestros cielos pirenaicos.