lunes, 4 de noviembre de 2013

Un año en la vida del gato montés: La primavera.

El invierno, uno de los momentos más críticos y cruciales en la vida del gato montés (Felis silvestris), ha sido superado con éxito. Comienza entonces la primavera, una época de transición bastante impredecible en cuanto a la climatología ya que años como el pasado nieva hasta el mes de Junio y otros sin embargo las temperaturas rondan los 20º. Las hembras han sido fecundadas y albergan en su interior la siguiente generación de gatos silvestres. Generalmente las nieves van derritiéndose en las zonas altas y los gatos que durante el invierno se habían refugiado en cotas menores ascienden a sus territorios de cría y alimentación. No obstante como dije anteriormente son habituales las nevadas tardías en esta época viéndose los felinos obligados a descender en altitud de forma intermitente.

Hembra de gato montés preñada como se aprecia por el volumen de su vientre

Al retirarse la nieve la hierba de los prados aparece quemada por el frío y es de un tono amarillento. Además está tumbada por el peso de la gruesa capa nival y la visibilidad para cazar es excelente por lo que los gatos monteses frecuentan en este momento los prados de solana donde la nieve desaparece antes para buscar alimento.

Macho de gato montés (Felis silvestris) en un prado amarillento al principio de la primavera.

Macho de gato montés sentado en un prado con la hierba aplastada y amarillenta a causa de la nieve recién derretida.

A medida que aumenta el número de horas de luz y asciende la temperatura, la montaña cantábrica explota en una ensalada de verdes. La productividad es máxima en este momento, los árboles se cubren de hoja y la hierba en los prados crece a un ritmo vertiginoso. La hierba alta incomoda a los gatos monteses a la hora de buscar alimento.

Gato montés acechando en un prado primaveral.

Es más complicado acercarse de forma sigilosa a sus presas ya que todo su cuerpo hace ruido al deslizarse entre la vegetación y hay más obstáculos a la hora de atrapar al roedor, también a causa de la vegetación que impide maniobrar con comodidad. No obstante en alguna ocasión he observado a gatos monteses cazando en prados con hierba bastante alta. Los individuos se levantan sobre las patas de atrás en alguna ocasión para escuchar mejor los movimientos de los roedores y cuando se han aproximado lo suficiente, la estrategia es semejante a la caza en nieve. Saltan para evitar tropezar con la vegetación y caen justo sobre su presa. La hierba alta dificulta la detección de individuos por lo que es una época en la que disminuye considerablemente el número de avistamientos. A continuación un par de fotografías mostrando esta técnica y un video en el que se muestran lances de caza efectuados por la especie en prados de la Cordillera Cantábrica. Esta especie depende de forma muy importante de la captura de presas vivas ya que es considerado un hipercarnívoro que no carroñea de forma habitual por lo que ha de ser elevada su pericia a la hora de conseguir alimento. No obstante no siempre da en el clavo como se aprecia en el video. Para disfrutarlo al máximo pinchad en la palabra Vimeo y una vez en la página pulsad el icono de HD.

Hembra de gato montés levantada sobre las patas traseras en un prado con abundante vegetación al final de la primavera.

Hembra de gato montés cazando en la hierba alta mediante el uso de una estrategia semejante a la utilizada con nieve.


Las hembras han buscado un lugar seco, apartado y seguro para dar a luz a un pequeño grupo de felinos rayados que nacen ciegos y emiten pequeños gruñidos. Normalmente son entre 3 y 4 los ejemplares que paren las gatas aunque por supuesto hablamos de valores intermedios. Los gatos permanecerán en el agujero hasta que tengan aproximadamente un mes de edad, es entonces cuando se aventuran a salir a las inmediaciones del refugio para jugar entre ellos. Pinchando AQUÍ podéis ver el genial video grabado por Daniel Castañeda en las montañas cántabras. En el mismo se ve una hembra de gato montés con los cachorros en un roquedo cantábrico y lo más sorprendente sucede cuando una piara de jabalíes cruza justo por delante y las crías se refugian.
Más adelante, ya en verano los cachorros acompañarán a sus madres en partidas de caza para aprender a conseguir alimento. Las hembras crían solas a los pequeños sin recibir ayuda de los machos. Nunca he visto cachorros de gato montés a pesar de conocer la ubicación aproximada de los mismos ya que las gatas al capturar una presa que servirá de alimento a sus cachorros caminan con la misma hacia un punto concreto del bosque en el que se adentran. El simple hecho de saber que están ahí es suficiente satisfacción.

Hembra de gato montés descansando en las proximidades del refugio donde descansan sus pequeños cachorros.

Es una época en la que las hembras necesitan asegurar el alimento por lo que los desplazamientos son reducidos. Las hembras han dado a luz a sus crías en una zona en la que tenga acceso a roedores para alimentarlas por lo que los movimientos se limitan a buscar alimento cerca de la guarida y llevarlo a sus crías. Adquieren por tanto un comportamiento especialista.

Gato montés en un prado florido de finales de primavera.

La primavera es una época en la que muchos animales han parido a sus crías dado que es un momento de abundancia de recursos en estas montañas. Animales como corzos o rebecos han traído al mundo a pequeñas copias en miniatura de si mismos y han de estar atentos a cualquier movimiento extraño ya que el futuro de su generación depende de ello. Normalmente un rebeco apenas prestaría atención a un gato montés, sin embargo esta primavera pude ver como una hembra de rebeco huía con su cría ante la presencia de un macho de gato montés. Podríamos pensar que alguna vez sufrió un ataque por parte de un gato, sin embargo lo más lógico es pensar que simplemente protegen a sus crías de todo aquello que tenga una mínima potencialidad de atacarla.

Escena pocas veces vista en la que una hembra de rebeco huye con su cría ante la presencia de un macho de gato montés.

Se acerca el verano, las crías seguirán creciendo y pronto los prados se llenarán de gente segando, empacando y recogiendo pero eso es tema del próximo periodo en el ciclo anual del gato montés. Un saludo y gracias por visitar el blog.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Excepcional. Si es que otra cosa no puede decirse. La primera foto es antológica, y la última casi que también. Te felicito

Dani

Unknown dijo...

Compañero...un deleite tu blog!

Ojolince y Sra. dijo...

Un placer vistar tu blog y descubrir que le has dedicado la crónica al gato montés.
Con toda seguridad que has difrutado muchísimo acechando al que mejor acecha, para regalarnos estas imágenes exquisitas.
Enhorabuena y lo dicho, un placer.
Un saludo de 'Ojolince y Sra.'

Juanda dijo...

Geniales entradas. Mucho mejores de lo que se encuentra en la gran mayoría de libros. Enhorabuena!

Paulo Barros dijo...

Henorabuena por la entrada!

Jorge Falagán dijo...

Muy buena Héctor,
en el blog de Nardi se puede ver otra hembra con crías en la gatera.
Como complemento a tu entrada
un saludo
Jorge

Jorge Salas Cid dijo...

Hola Héctor
Excentes tus tres últimas entradas. Las acabo de ver, (he estado un tiempo deconectado un poco de todo debido a temas personales)
El trabajo con el gato montés es excelente (ya me comentó hace tiempo Alberto Fernandez-Gil que tenías intención de dedicar tu tesis a esta especie). Estoy muy intersado en todo lo que puedas descubrir y aportar al conocimiento de esta poco conocido felin.

Mi más sincera enhorabuena

José Alberto Fernández Ugarte dijo...

Hola Héctor,
cada entrada tuya la disfruto un montón.
Me ha recordado mucho cuando de niño, paseaba con mi abuelo en El Bierzo y como observabamos a este animal cazando al atardecer.

Unos vídeos buenísimos!!!

Saludos

De paseo por la naturaleza dijo...

Espectacular. La primera foto y la del salto son de antología. Espero tu siguiente entrada. Enhorabuena.